Yamaha ha sorprendido al paddock al presentar, pocos días antes del Gran Premio de San Marino, su tan esperado prototipo con motor V4, lo que ha supuesto un punto de inflexión histórico para la marca de Iwata en MotoGP. Este cambio podría significar, si resulta más eficaz que el actual motor en línea, el abandono de la configuración tradicional que ha caracterizado a la YZR-M1 durante décadas y simboliza el inicio de una nueva era técnica para la fábrica japonesa.
El nuevo motor V4, desarrollado en secreto durante los últimos meses, se pondrá a prueba en competición este fin de semana en Misano, con Augusto Fernández asumiendo el papel de piloto de pruebas en competición. La elección del español no ha sido casual: a pesar de estar aún en fase de consolidación en la categoría reina, Fernández cuenta con la experiencia y la sensibilidad técnica que pueden ser fundamentales para recopilar datos valiosos en la primera prueba competitiva real de la moto.



El debut público de este prototipo en el calor de un Gran Premio muestra la urgencia de Yamaha por recuperar terreno frente a sus rivales europeos, todos ellos ya con motores V4 y con una clara ventaja en términos de aceleración y velocidad máxima. El objetivo de la marca es acumular la máxima información posible en un entorno de carrera real para acelerar el desarrollo de la máquina que será la base del proyecto de 2027, cuando entren en vigor las nuevas regulaciones de MotoGP.
La presencia del nuevo prototipo en Misano será, por tanto, uno de los grandes puntos de interés del fin de semana, no solo por lo que representa para el futuro de Yamaha, sino también por el simbolismo de iniciar una revolución técnica en un circuito íntimamente ligado a la historia del motociclismo mundial.