Con la llegada del Gran Premio de Japón, en Motegi, Marc Márquez tiene en sus manos la posibilidad de conquistar otro título mundial, el séptimo en la categoría reina y el noveno de su carrera. Sin embargo, la gran pregunta es: ¿tratará Márquez este fin de semana como una etapa más del campeonato o dejará que la presión del título influya en su enfoque?
Según el último episodio del canal de YouTube de MotoGP, todo apunta a que el piloto español quiere afrontar la prueba japonesa con la mayor normalidad posible. A solo tres puntos de asegurarse matemáticamente el campeonato —basta con que termine por delante de su hermano, Álex Márquez—, Marc parece dispuesto a seguir su estrategia habitual: mantener la calma, gestionar los riesgos y evitar errores innecesarios.
Motegi, sin embargo, no es una pista cualquiera para el piloto de Ducati. Fue aquí donde conquistó tres de sus títulos con Honda (2014, 2016 y 2018) y, más recientemente, subió al podio por última vez con el equipo japonés antes de fichar por Ducati. Este regreso a Japón, ahora con nuevos colores y con el campeonato a la vista, representa no solo una oportunidad para cerrar la temporada con broche de oro, sino también un momento simbólico en su carrera.
A pesar de la cómoda ventaja, la historia de la categoría nos enseña que nada está garantizado hasta que se ondea la bandera a cuadros. La competitividad de la parrilla, junto con las posibles variables meteorológicas y el desgaste típico de una larga temporada, hacen que cualquier carrera sea impredecible. Aun así, los analistas apuntan a un enfoque pragmático por parte de Márquez: si hay oportunidad de ganar, no la desperdiciará, pero el objetivo principal será consolidar el título sin correr riesgos innecesarios.
Si no consigue cerrar el campeonato en Motegi, Márquez seguirá teniendo margen de maniobra en las siguientes rondas. Sin embargo, conquistar el título en un circuito tan emblemático, y fuera de Europa, daría un brillo especial a una temporada ya histórica.