El Gran Premio de las Américas de MotoGP de este año estuvo marcado por una polémica decisión que conmocionó al paddock y desató una oleada de discusiones entre equipos, pilotos y aficionados. Marc Márquez, uno de los favoritos al título, optó por cambiar de moto momentos antes de la salida, lo que provocó una reacción en cadena que llevó a más de media parrilla a hacer lo mismo.
¿El resultado? Un importante retraso en el inicio de la carrera, que obligó a los organizadores a reprogramar la salida del GP, causando confusión y frustración entre los espectadores y los equipos. La gran pregunta sigue siendo: ¿por qué se retrasó la carrera si todavía había pilotos en la parrilla que estaban listos para correr, pero se vieron perjudicados por el retraso?
La decisión de cambiar de moto la tomaron curiosamente los principales aspirantes al título, Marc Márquez, Francesco Bagnaia y Alex Márquez, levantando de nuevo las sospechas sobre un posible favoritismo de los grandes nombres de la competición.

Históricamente, Márquez ha sido visto como «el chico de Dorna», recibiendo algunas decisiones controvertidas a su favor. ¿Qué llevó a los directores de carrera a permitir un retraso generalizado sólo porque los principales protagonistas decidieron abandonar la parrilla? Si los pilotos que permanecieron en la pista estaban listos para correr, ¿por qué también se vieron afectados?
La situación plantea serias dudas sobre la equidad de las decisiones en MotoGP. El deporte debe ser justo para todos los pilotos, independientemente de su estatus o del impacto que una decisión pueda tener en la narrativa del campeonato. Dorna debe aclarar si se están aplicando normas específicas para beneficiar a determinados nombres o si había, de hecho, razones válidas para aplazar la carrera.