La temporada 2025 de MotoGP promete ser una de las más intensas e imprevisibles de los últimos años y en el centro de todas las miradas se encuentra un dúo insólito: los hermanos Marc y Alex Márquez, ahora unidos por el mismo fabricante italiano, Ducati. Una asociación sin precedentes entre hermanos, pero que podría convertirse en un «cóctel explosivo» si el título empieza a estar cada vez más cerca… y alguien no se lo pone fácil.
Hasta ahora, la familia Márquez ha mantenido un discurso armonioso, marcado por el respeto mutuo y el orgullo familiar. Sin embargo, MotoGP es un escenario en el que los lazos de sangre rara vez resisten la presión de una dura competición, especialmente cuando el trofeo de campeón del mundo está en juego. Imagina un escenario en el que un adelantamiento agresivo, un toque en la pista o una caída decidan el curso del campeonato: ¿está la relación entre los hermanos preparada para sobrevivir a eso?


Marc Márquez, ocho veces campeón del mundo, llega a 2025 dispuesto a recuperar el título de la categoría reina con la mejor moto de la parrilla y demostrando que lo tiene todo para dominar este año. Álex, por su parte, está en plena forma y no quiere ser sólo el «hermano pequeño» a la sombra de una leyenda, recién llegado de ganar el GP de España. La igualdad de condiciones técnicas hace que Marc, sobre la Ducati de fábrica, tenga «un pie» por delante de Álex, sin embargo la versión ’24 está muy cerca de las prestaciones de la última versión. Y es precisamente esta similitud la que podría abrir un espacio para el conflicto, tanto dentro como fuera de la pista.
Así que la pregunta es inevitable: ¿qué ocurrirá si el título se decide en un mano a mano entre ambos? ¿Podrá la rivalidad superar los lazos familiares? ¿O estamos a punto de asistir a una de las historias más dramáticas del motociclismo moderno, en la que la sangre puede no ser más espesa que el combustible de la ambición?